martes, 16 de diciembre de 2014

¡Cuidado con las redundancias y los pleonasmos!

Muchas personas detestan este blog. Otras lo adoran y son no solo fervientes lectores de mis posts, sino que también me hacen llegar burradas "conseguidas por allí".

Hoy seré benevolente. Tal vez sea porque este es el primer post de diciembre y ya se acerca la navidad. Pero lo cierto del caso es que hoy seré sutil con la burrada que me encontré en Facebook.

El dueño de tal "regalo" es el señor Yimmi Eduardo Castillo Azuaje. ¡Vaya nombre! Es que con ese nombre por lo menos yo ya me habría leído 2 veces la Enciclopedia Británica.

Pero no te preocupes, Yimmi. ¡No somos unas lumbreras! Nadie lo es.

Gracias por este "desliz" en tu escrito, pues sirvió para ilustrar un poco más a mis lectores.

¡Y cuidado, Yimmi! La próxima vez no seré tan "light" en mi escrito. Recuerda que somos blogueros (tú además eres profesor universitario), y los blogueros NO PODEMOS ESCRIBIR MAL.


La redundancia es el uso innecesario de una o más palabras que se añaden a una oración con la idea de hacerla más clara, pero no aporta expresividad ni añade nada nuevo al significado de la frase. En resumen: se repite de forma distinta lo ya dicho. La redundancia no cumple ninguna función; por eso su uso no está justificado. Son censurables y deben evitarse.

Ejemplos:
Años de edad. Una de las acepciones de año es ‘edad, tiempo vivido’.
Persona humana. Una persona es un ‘individuo de la especie humana’.
Prever con antelación. Prever es ‘ver con anticipación’.
Mendrugo de pan. Un mendrugo es un ‘pedazo de pan duro o desechado’.
Volver a insistir: Insistir significa ‘repetir o hacer hincapié en algo’.
Losa de piedra. Una losa es una ‘piedra llana’.
Añadir/agregar después. No se puede añadir/agregar antes.
Progresar positivamente. Progresar implica positividad; significa ‘avanzar, mejorar, hacer adelantos en determinada materia’.
Pequeña casita. El sufijo –ita tiene valor diminutivo.
Nexo de unión. Nexo equivale a ‘unión, lazo, nudo’.

Un pleonasmo también es la repetición de términos innecesarios, pero se considera correcto porque se usa como recurso expresivo con la intención de dar más fuerza, viveza o espontaneidad a la expresión.

Ejemplos:
Subir arriba, bajar abajo, salir fuera (o afuera), entrar dentro (o adentro), volar por los aires, caer escaleras abajo, subir hacia el cielo, verlo con los propios ojos, a nosotros nos gustaría, nunca jamás. Ya sabemos que el acto de subir, por propia definición, solo puede ser hacia arriba, como bajar es para abajo, entrar es dentro (entrar fuera sería un disparate), se ve con los propios ojos (no con los de un amigo que nos los ha prestado), nos gustaría y nunca o jamás, según el caso. Sin embargo, en todos esos ejemplos la redundancia, más o menos transparente, es necesaria para que el lenguaje no pierda fuerza y vigor.

Ciertos autores consideran correctas algunas redundancias que otros condenan. Esto se debe a que la frontera entre pleonasmo y redundancia a veces es difusa. De hecho, algunos estudiosos del lenguaje no establecen diferencias entre redundancia y pleonasmo.

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